Los Pies
¡ Los pies son nuestras ruedas!
¿Conducirías un vehículo durante un viaje con unas ruedas deshinchadas y con las cubiertas agrietadas? ¿Verdad que no?
Pues eso. Hay que hacer una revisión previa con un podólogo que nos quite durezas e imperfecciones y de paso que nos diga cómo prevenir y solucionar posibles problemas de nuestros pies, así como remedios caseros.
A pesar de que no hay dos pies iguales, ni los nuestros, ahí van algunos consejos;
- Pies secos y limpios. La limpieza la damos por descontada, pero llevarlos secos es importantísimo. Si tenemos propensión a sudar debemos usar polvos desodorantes que consiguen absorber la humedad y mantenerlos bien para evitar infecciones.
- La hidratación es fundamental. Nadie circularía con las ruedas escasas de aire. Por eso el uso de cremas hidratantes también es conveniente, ‘cuánto más azúcar, más dulce’
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Las durezas son otro inconveniente, pero las combatiremos bien con cremas y con utensilios de pedicura. Cada cual que conoce sus pies deberá hacer los deberes oportunos.
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Ciudadito con las ampollas. Será el enemigo nº 1 a combatir. Lo primero es prevenir que no nos salgan, y si a pesar de ello aparecen hay que eliminarlas. Algunas ideas de prevención;
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Que el calzado que utilicemos esté ya usado. No seamos tan lilas de estrenar las zapatillas o las botas en la primera etapa.
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Calcetines de algodón ó lana, según la temporada. Nunca de fibra artificial y que las costuras sean mínimas.
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Las tiritas son nuestro gran aliado; a la primera molestia donde notemos la rozadura hay que ponerlas y así nos salvarán del desastre
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Ya nos ha salido una; ¿Qué hacemos?. Pues ‘darle el pasaporte’. Necesitaremos una aguja, un desinfectante y algodón o gasa limpia. Atravesamos con la aguja la ampolla, con lo que el líquido saldrá. Desinfectar, ponerle una tirita y listo. Dejar la piel y nunca arrancarla ya que se nos puede infectar la herida que se ocasiona. Si ocurre esto en la próxima población que nos lo mire un especialista.
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Y las llagas? Pues otra que tal. A la primera molestia poner una tirita o un apósito. Es preferible parar un momento y arreglar ‘el pinchazo’, que tener que cambiar la cubierta.
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Curar y desinfectar.- Si se nos han producido ampollas y llagas, curarlas, desinfectarlas y protegerlas con los oportunos apósitos son medidas que nos ayudan a prevenir problemas en las siguientes etapas.
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Calzado de quita y pon.- Es conveniente llevar 2 pares de zapatillas o botas e ir alternando. Así evitaremos posibles rozaduras y que se generen durezas.
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Masajes.- Al finalizar la jornada la parte que más ha sufrido han sido los pies y las piernas. Darnos un auto masaje utilizando cremas o geles será como gloria bendita pues además de la relajación muscular tiene el valor añadido de la hidratación y el aporte de sus componentes.
- VIA
- Tamara
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